Alfonso Del Olmo. Con la tecnología de Blogger.

domingo, 23 de noviembre de 2014

La historia de Miguel Paris y Francisco Bacaicoa.

18 de enero de 1942, cerca del rio Volkhov, tercera compañía de zapadores, un hombre, Miguel Paris, voluntario de la división azul y un río que fluye casi helado en un sitio que se parece mucho al infierno. Miguel Paris tiene un encargo, llevar material peligroso, munición, trilita, tiene que ir caminando por la nieve hasta el puesto de mando de novo bruf. Se están librando batallas claves para la guerra mundial, batallas claves para la historia, pero él es un hombre solo de Zaragoza, todavía no sabía que iba a pasar algo que nunca olvidaría. Cae la noche y con ella una granada que impacta en el rostro de Miguel Paris y por algo, sigue en pie, se levanta y mira al enemigo, no ve nada, algo a ocurrido, un impacto lejano, quien sabe si fuego amigo. El hielo y la metralla no solo le habían roto el físico, si no que también el alma, pero buscaba una salida, él creía que allí en aquella estepa, en mitad de nada, lejos de su Aragón natal, iba a morir como un soldado mas.

En ese instante, en la angustia, cruzarse de brazos y casi rendirse sabiendo que vas a morir en medio de ningún sitio, una voz. Una voz que reconoció, la voz de un amigo. "Miguel, Miguel". Se giró allí estaba su viejo amigo, que hacía meses que no lo veía por que la compañía de zapadores lo había enviado a otro destino, con metralla, sangre, nieve... Francisco Bacaicoa, coincidieron en la academía y también en su tierra natal, lo mejor que le podía pasar, encontrarse con la mano, con la voz de un compañero. "¿A donde vas?" le preguntó a Miguel, como si no fuera consciente de la situación. "Al bocaclo" contestó. El sitio donde podría recibir atención médica y ayuda. "Tira por aquí". Durante unos minutos, en la noche, sangrando, con la cara desfigurada, pero consciente siguiendo a su amigo, nada extraordinario, solo un amigo en el momento justo. En un desvío, Francisco le dijo, "Tira por allí, por que yo continuo".

Tiempo después, Miguel Paris, impresionado, se recuperaba de unas heridas en batalla, es entonces cuando alguien le hizo saber un dato imposible. Esto ocurrió el 18 de enero de 1942, pero entonces Miguel asombrado, a lo mejor con terror, con tristeza, se dio cuenta de una cosa que venía en los partes oficiales, un nombre, Francisco Bacaicoa, pero había muerto, el 10 de noviembre de 1941, en el río Volkhov. Había salido a su paso, le había ayudado y llevaba 3 meses en el otro lado, en el mas allá. Paris pensó que todo era un error, que no podía ser. Entonces encaminó a un sitio que le indicaron. cerca del encuentro, cerca del "Miguel, Miguel". Donde se levantaba una especia de monolito, los soldados de la división azul llamaban a aquella escultura de piedra "la casa de Dios". por que allí, un mortero había matado a un soldado, Francisco Bacaicoa. Ese punto estaba justo donde esa voz vino a salvarle la vida.


Esta historia es de las pocas que nunca se me olvidarán, no es un cuento, es un echo, donde te das cuenta que en la vida sigue pasando cosas bonitas que pasan sin tener por que buscarle una explicación.

1 comentarios:

  1. El cantante norteamericano o britanico Stand Ridgway en su cancion CAMUFLAGE narra esta historia con otros nombres aca les dejo el link...si algun investigador esta interesado ...puede traducir la letra y veran la similitud...saludos desde La Paz BCS Mexico...
    https://www.youtube.com/watch?v=KoKbnUD6gMU

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