Alfonso Del Olmo. Con la tecnología de Blogger.

jueves, 23 de junio de 2016

El Pueblo Durmiente. ¿El regreso?

El Pueblo Durmiente. 

Intenté volver pero no pude, el camino ya no me llevaba a aquel lugar, a aquel pueblo durmiente que tantas pesadillas me había dado y que sin embargo, fue el mejor sitio en el que había estado.
Pasaron los años y me fui olvidando de él. Me hice a la idea de que aquel lugar no existía, era irreal, una imaginación, una fantasía.

Un día estudiando en la biblioteca, de los cientos de libros parecía que uno solo brillara. El título de aquel libro me puso la piel de gallina. "El Pueblo Durmiente". De Juan Francisco Navarro González. No tardé en cogerlo y llevarme lo porque tenía que leerlo. En su interior ocultaba un gran mensaje, un gran secreto que fue ignorado por la sociedad y el propio autor fue acusado de loco. Mejor así, él lo quería así. Murió tres años antes y defendiendo el mensaje de ese, su último libro. No lo conocía como autor, pero era reconocido por muchos de sus otros libros.

La descripción que hace del pueblo es idéntica a la de mis recuerdos. El Pueblo Durmiente no era una fantasía, se trataba de un extraño lugar difícilmente alcanzable para la gente, un lugar perdido en el espacio, perdido en el tiempo, un lugar mágico y fuera de lo común. Juan Francisco Navarro daba una de las claves para poder volver, tener el corazón puro. ¿No puedo volver por que no tengo el corazón puro? ¿Que significa tener el corazón puro?


Había muchas cosas que no entendía. ¿Yo para qué quería volver a un lugar que tantas pesadillas me había dado, tanto dolor de cabeza y los que me quedan para poder volver? ¿Qué necesidad había de preocuparse si soy puro de corazón o no? No lo sabía, preguntas que no tienen respuesta. ¿Por qué mi corazón si que quiere volver? Mágico es la palabra que define aquel lugar,

Yo quería volver. Se produjo en mí una montaña de pensamientos, volvieron los dolores de cabeza, pesadillas en aquel lugar que se turnaban con sueños maravillosos en perfecta armonía, paz, tranquilidad, magia que se intercalaba con el miedo, el dolor, el terror. Un dilema mental imposible.

Toda la paz y la tranquilidad era rota por seres malos, como duendes con extrañas sonrisas, se reían de mí, me decían que me vaya de allí, que no tenía que estar allí. Aparecían y desaparecían esos duendes, pero no me dejaban tranquilo. El pueblo durmiente había despertado y yo no debía de estar allí.

En ese momento me despertaba, con lágrimas en los ojos y un dolor de cabeza insoportable, todavía escuchando las risas burlonas de los duendes de mis pesadillas. "vete de aquí".

A pesar de todo mi recuerdo de aquel sitio es muy bueno, fui con mi familia, era tan solo un niño, sentía eso que desprende aquel lugar, pude observar la Luna en una grandes dimensiones bajo el sonido del arroyo que pasaba cerca de aquel verde lugar apartado del pueblo.

Quizás por eso quiera volver a aquel sitio prohibido, para volver a sentir eso que no se puede explicar con palabras y que solo lo sentí allí.